viernes, 12 de febrero de 2010

SE PREPARAN PARA EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN

Jovenes ya confirmados se fotografían con el Vicario de la Diócesis de Córdoba y el Párroco


Rito de la Paz









El Vicario, en sustitución del Obispo, infunde el Espíritu Santo a la confirmando. Acompañan uno o dos padrinos








El Obispo infunde el Espíritu Santo y le desea la Paz







El Obispo unge con Santo Crisma la frente del confirmando.
La Junta de Gobierno de la Cofradía de María Santísima de las Angustias se prepara, cada Sábado en la Parroquia de San Pedro Apóstol de Nueva Carteya, para recibir el Sacramento de la Confirmación el último sacramento de los llamados de "iniciación cristiana". Las catequesis necesarias para la maduración de la Fe las está impartiendo Don Domingo Pérez Oteros, Párroco de la localidad y participan un nutrido grupo de jóvenes carteyanos.
La confirmación es el sacramento que da al Espíritu Santo para enraizarnos más profundamente en la filiación divina, incorporarnos más firmemente a Cristo, hacer más sólida nuestra vinculación con la Iglesia, asociarnos más todavía a su misión y ayudarnos a dar testimonio de la fe cristiana por la palabra y por las obras.
La materia de la confirmación es la unción en la frente con el crisma, a la que se añade la imposición de las manos por parte del Obispo o del Vicario por él fijado. Por crisma se entiende la mezcla de aceite de oliva y de bálsamo, consagrado por el Obispo la noche del Jueves Santo o en la misa Crismal de cada diócesis según mantengan una tradición. Así como la materia del Bautismo es el agua (significa lavado), la materia de la confirmación es el aceite (que significa consagración, elección)- Con ello, el confirmando recibe en plenitud la gracia del ESPÍRITU SANTO, se reafirma en su fe y poseerá la valentía de cumplir su misión apostólica de anunciar a Jesucristo. El bálsamo denota el buen olor de las virtudes y el rechazo a los vicios y al pecado.
Son las partes mas importantes la imposición de las manos como invocación del Don del Espíritu Santo. - La crismación unida a las palabras "Recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo" que es el rito esencial de la confirmación. Es el gesto eficaz que el Don del Espíritu Santo, y es el signo de nuestra participación en la misión de Cristo, profeta, sacerdote y rey servidor. - La signación, unida a la crismación, expresa el carácter indeleble con que hemos sido marcados al recibir la unción del Espíritu, como fruto de la Cruz de Cristo.
Mi más sincera felicitación y que se convierta, como un día lo fue para mí, en uno de los días más maravilloso de sus vidas

jueves, 11 de febrero de 2010

MENSAJE DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI PARA LA CUARESMA 2010


Queridos hermanos y hermanas:
Cada año, con ocasión de la Cuaresma, la Iglesia nos invita a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas evangélicas. Este año quiero proponeros algunas reflexiones sobre el vasto tema de la justicia, partiendo de la afirmación paulina: «La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (cf. Rm 3,21-22).
Justicia: “dare cuique suum”
Me detengo, en primer lugar, en el significado de la palabra “justicia”, que en el lenguaje común implica “dar a cada uno lo suyo” - “dare cuique suum”, según la famosa expresión de Ulpiano, un jurista romano del siglo III. Sin embargo, esta clásica definición no aclara en realidad en qué consiste “lo suyo” que hay que asegurar a cada uno. Aquello de lo que el hombre tiene más necesidad no se le puede garantizar por ley. Para gozar de una existencia en plenitud, necesita algo más íntimo que se le puede conceder sólo gratuitamente: podríamos decir que el hombre vive del amor que sólo Dios, que lo ha creado a su imagen y semejanza, puede comunicarle. Los bienes materiales ciertamente son útiles y necesarios (es más, Jesús mismo se preocupó de curar a los enfermos, de dar de comer a la multitud que lo seguía y sin duda condena la indiferencia que también hoy provoca la muerte de centenares de millones de seres humanos por falta de alimentos, de agua y de medicinas), pero la justicia “distributiva” no proporciona al ser humano todo “lo suyo” que le corresponde. Este, además del pan y más que el pan, necesita a Dios. Observa san Agustín: si “la justicia es la virtud que distribuye a cada uno lo suyo... no es justicia humana la que aparta al hombre del verdadero Dios” (De Civitate Dei, XIX, 21).
¿De dónde viene la injusticia?
El evangelista Marcos refiere las siguientes palabras de Jesús, que se sitúan en el debate de aquel tiempo sobre lo que es puro y lo que es impuro: “Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre... Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas” (Mc 7,15. 20-21). Más allá de la cuestión inmediata relativa a los alimentos, podemos ver en la reacción de los fariseos una tentación permanente del hombre: la de identificar el origen del mal en una causa exterior. Muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos bien, este presupuesto: dado que la injusticia viene “de fuera”, para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de pensar ―advierte Jesús― es ingenua y miope. La injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia con el mal. Lo reconoce amargamente el salmista: “Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre” (Sal 51,7). Sí, el hombre es frágil a causa de un impulso profundo, que lo mortifica en la capacidad de entrar en comunión con el prójimo. Abierto por naturaleza al libre flujo del compartir, siente dentro de sí una extraña fuerza de gravedad que lo lleva a replegarse en sí mismo, a imponerse por encima de los demás y contra ellos: es el egoísmo, consecuencia de la culpa original. Adán y Eva, seducidos por la mentira de Satanás, aferrando el misterioso fruto en contra del mandamiento divino, sustituyeron la lógica del confiar en el Amor por la de la sospecha y la competición; la lógica del recibir, del esperar confiado los dones del Otro, por la lógica ansiosa del aferrar y del actuar por su cuenta (cf. Gn 3,1-6), experimentando como resultado un sentimiento de inquietud y de incertidumbre. ¿Cómo puede el hombre librarse de este impulso egoísta y abrirse al amor?
Justicia y Sedaqad
En el corazón de la sabiduría de Israel encontramos un vínculo profundo entre la fe en el Dios que “levanta del polvo al desvalido” (Sal 113,7) y la justicia para con el prójimo. Lo expresa bien la misma palabra que en hebreo indica la virtud de la justicia: sedaqad,. En efecto, sedaqad significa, por una parte, aceptación plena de la voluntad del Dios de Israel; por otra, equidad con el prójimo (cf. Ex 20,12-17), en especial con el pobre, el forastero, el huérfano y la viuda (cf. Dt 10,18-19). Pero los dos significados están relacionados, porque dar al pobre, para el israelita, no es otra cosa que dar a Dios, que se ha apiadado de la miseria de su pueblo, lo que le debe. No es casualidad que el don de las tablas de la Ley a Moisés, en el monte Sinaí, suceda después del paso del Mar Rojo. Es decir, escuchar la Ley presupone la fe en el Dios que ha sido el primero en “escuchar el clamor” de su pueblo y “ha bajado para librarle de la mano de los egipcios” (cf. Ex 3,8). Dios está atento al grito del desdichado y como respuesta pide que se le escuche: pide justicia con el pobre (cf. Si 4,4-5.8-9), el forastero (cf. Ex 20,22), el esclavo (cf. Dt 15,12-18). Por lo tanto, para entrar en la justicia es necesario salir de esa ilusión de autosuficiencia, del profundo estado de cerrazón, que es el origen de nuestra injusticia. En otras palabras, es necesario un “éxodo” más profundo que el que Dios obró con Moisés, una liberación del corazón, que la palabra de la Ley, por sí sola, no tiene el poder de realizar. ¿Existe, pues, esperanza de justicia para el hombre?
Cristo, justicia de Dios
El anuncio cristiano responde positivamente a la sed de justicia del hombre, como afirma el Apóstol Pablo en la Carta a los Romanos: “Ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado... por la fe en Jesucristo, para todos los que creen, pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia (Rm 3,21-25).
¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo? Es, ante todo, la justicia que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás. El hecho de que la “propiciación” tenga lugar en la “sangre” de Jesús significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto del amor de Dios que se abre hasta el extremo, hasta aceptar en sí mismo la “maldición” que corresponde al hombre, a fin de transmitirle en cambio la “bendición” que corresponde a Dios (cf. Ga 3,13-14). Pero esto suscita en seguida una objeción: ¿qué justicia existe dónde el justo muere en lugar del culpable y el culpable recibe en cambio la bendición que corresponde al justo? Cada uno no recibe de este modo lo contrario de “lo suyo”? En realidad, aquí se manifiesta la justicia divina, profundamente distinta de la humana. Dios ha pagado por nosotros en su Hijo el precio del rescate, un precio verdaderamente exorbitante. Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad.
Se entiende, entonces, como la fe no es un hecho natural, cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar tener necesidad de Otro que me libere de lo “mío”, para darme gratuitamente lo “suyo”. Esto sucede especialmente en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Gracias a la acción de Cristo, nosotros podemos entrar en la justicia “más grande”, que es la del amor (cf. Rm 13,8-10), la justicia de quien en cualquier caso se siente siempre más deudor que acreedor, porque ha recibido más de lo que podía esperar.
Precisamente por la fuerza de esta experiencia, el cristiano se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades justas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por el amor.
Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma culmina en el Triduo Pascual, en el que este año volveremos a celebrar la justicia divina, que es plenitud de caridad, de don y de salvación. Que este tiempo penitencial sea para todos los cristianos un tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento del misterio de Cristo, que vino para cumplir toda justicia. Con estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición apostólica.
Vaticano, 30 de octubre de 2009
BENEDICTUS PP. XVI

ALGUNAS FOTOS QUE HE ENCONTRADO POR AHÍ.











A las que las hicieron, gracias y enhorabuena.

miércoles, 10 de febrero de 2010

UN ÚNICO CANDIDATO A LAS ELECCIONES


Según ha podido saber fehacientemente la redacción de este blogs, la Cofradía de María Santísima de las Angustias de Nueva Carteya (Córdoba), inmersa en un tiempo electoral que fue abierto el pasado 1 de enero de 2010 y que finalizó el 1 de febrero del corriente, ha recibido una única candidatura a la elección de Hermano Mayor: se trata de la presentada por el hasta ahora Hermano Mayor de la misma, Don Sebastián Amo Urbano.


Informamos que la candidatura ha sido ACEPTADA cumpliendo con los requisitos canónicos que exige la Iglesia.


De ser electo, Amo sólo podrá continuar cuatro años más, al agotar los ocho años consecutivos que permiten los Estatutos.


Las elecciones serán el próximo 5 de Marzo.

ARTICULO PUBLICADO EN EL DIARIO CORDOBA

Paco Maíllo junto con María Elena, Elena, Manolo Moyano, Marta Moyano, María José Caballero y Juan Marín Hinojosa


El hermano Mayor conversa con las Autoridades



Autoridades de Nueva Carteya que se desplazaron a Terrassa para la representación de La Pasión

CARTA ILUSTRADA.
El sueño de una locura hecha realidad
02/05/2009

Trasladar "La Pasión" a tierras catalanas para unirse al 20º Aniversario de la Fundación del Centro Andaluz de Nueva Carteya en Terrassa (CANC), la casa de los carteyanos ausentes, ha sido una locura inolvidable. Una locura que ha gozado de un parabién cultural y fraternal sin precedentes. No hace mucho, tan solo unas semanas, en el que un grupo de carteyanos, pertenecientes a la Cofradía de María Santísima de las Angustias, disfrutamos de la cálida acogida de nuestros queridos y a veces olvidados paisanos, para inmiscuirnos por moral obligada en unos acontecimientos históricos que nadie debe olvidar ni se olvidarán en nuestras vidas.
El recibimiento y la acogida han sido muy por encima de lo que nosotros mismos podíamos esperar y ni tan siquiera imaginar. A mí se me ponen los pelos de gallina con solo recordar aquella plaza dedicada a nuestro pueblo, me estremece la cálida y sincera devoción a nuestra Titular, me sorprende la maravillosa hospitalidad del pueblo catalán que ha roto mi antigua concepción trasnochada.

Ha sido un sueño hecho realidad para el CANC y para nosotros. Y ha sido una experiencia única que se quedará guardada en el baúl de mi corazón para siempre. Soy consciente que no se volverá a repetir. Que tal vez pasarán muchos años para experimentar una vivencia de este calibre. Pero lo recordaré y lo recordaremos para siempre. Muchísimas gracias, amigos.

Emilio Francisco Amo Urbano
Nueva Carteya

martes, 9 de febrero de 2010

LA PASIÓN DE CRISTO


Por cuarto año consecutivo vuelve a representarse La Pasión de Cristo, el macroproyecto que emprendió la Cofradía con apasionante, valga la redundancia, ilusión y entrega. Lo que al principio parecía un sueño o una locura, hoy es una realidad consumada que ha sido y es capaz de enarbolar el nombre de Nueva Carteya a unas élites nunca antes imaginadas. Junto a ello, la Cofradía, que es la artíficie de todo esto, ha encumbrado esa idiosincrasia propia que la caracteriza y la ha venido caracterizando desde siempre: el trabajo, la dedicación, la ejemplaridad y la amistad.

La Pasión de Cristo es una seña de identidad. Es una forma de adentrarnos en los mismos sentimientos de Jesús en sus instantes más dolorosos, más trágicos. Durante algo más de tres horas el espectador se zambulle en las aguas internas de su espíritu para ser invitado a la constante conversión como el mismo Cristo nos dice. Las palabras que fueron pronunciadas hace dos mil años vuelven a repetirse año tras año en Nueva Carteya con un color nuevo pero no distinto, con un tono distinto pero no diferente. Nos muestra el Evangelio.

Que subsista La Pasión de Cristo en Nueva Carteya durante muchos años más parece que es la batalla que debemos librar con nosotros mismos. La juventud de esta villa ( sus escasos 250 años) parece que quiere crear mella en la negativa de crear tradiciones. Pero por eso es ahora el tiempo de sentar unas bases muy sólidas, muy estables, no sólo desde los estamentos públicos que siempre la han apoyado, sino desde el trabajo y constancia de sus integrantes que son exhortados por la Cofradía a perseverar en tan noble empeño.

Os invito, de nuevo, a asistir a este espectáculo con una puesta en escena verdaderamente increíble y fascinante. Os invito a que, también vosotros, los carteyanos, los espectadores, seáis fieles a este propósito apoyándolo con vuestra asistencia. No vale el ya lo vi el año pasado. Cuenta el resultado de nuestra generosa disponibilidad de apoyar un proyecto que ha encumbrado y encumbra el nombre de nuestro pueblo.

No creo que fuese absurdo el trasladar La Pasión al Colegio y al Instituto creando concursos de redacción o dibujo. Los niños y los jóvenes se sentirían involucrados, reconocerían como propia, del pueblo, la obra religiosa que está llamada a perdurar en el tiempo. Que no pase como con el Paso.

Los días de representación serán los próximos 13 y 20 de Marzo (ambos Sábados) y el 29, Lunes Santo a un precio la entrada de 6 euros. ¡No dejéis de asistir!. Merece la pena

lunes, 8 de febrero de 2010

LA PRIMERA ENTRADA


Reconozco que comienzo este blog de una forma un tanto austera. Apenas contiene fotos, pero las tendrá. Comienzo reconociendo su pobreza pero también alabando su identidad: escribir sobre una Cofradía enraizada en la historia de Nueva Carteya (Córdoba) desde su mismos orígenes. No pretrendo otra cosa y me serán de poca importancia las opiniones de aquellos quienes no consideren menester hablar particularmente de esta Entidad, no con ánimo excluyente ni partidista a lo mejor, sino con el amor y adhesión que le profeso tras toda una vida cobijado en su nombre.


Para mí no me parece ni la mejor ni la peor; simplemente la considero diferente. Y la considero diferente no porque sea ni mejor ni peor que el resto de las Cofradías de esta localidad cordobesa, sino porque desde sus principios, muy posiblemente al igual que otras Hermandades, se ha mantenido en el espíritu de amistad y camarería que la ha llevado a alcanzar importantísimas cotas en el devenir de su historia.


Hablar de la Cofradía de María Santísima de las Angustias de Nueva Carteya es algo así como hablar de una parte importante de la historia de esta bellísima villa de poco más de 250 años. Hoy, en el trajín de unas encomiables actividades culturales, la Cofradía se constituye en el referente por el cual Nueva Carteya resplandece cual perla escondida. Ha sido desde sus orígenes modélica y lo sigue siendo hoy.


No es mi parecer, me baso en aspectos concluyentes, incluso históricos. Pero este blog no pretende hacer de las Angustias la sabelotodo, no pretende encubrarla en los más altos pedestales, no pretende llenarla de gloria. Si lo hiciera, sería consiente de colaborar en su hecatombe, en su destrucción y eso sería fallar a mi propios orígenes, a mi propia forma de ser, a mi familia, a mis amigos, a mi mundo...


Les ofrezco este blog para ser un medio por el cual ustedes estén informados sobre el andar de esta Cofradía que últimamente viene desarrollando numerosísimas actividades a gloria de su Titular. Pero aviso, esta no es la voz oficial de la Cofradía es, simplemente, la voz de un cofrade.


Podréis colaborar conmigo con vuestras opiniones siempre que sean respetuosas para con las personas y con las entidades. Entre información e información, también un poco de historia. Y así ustedes y yo disfrutaremos con esta tradición medieval de, congregados en Hermandades y Cofradías, contemplar a Cristo muerto y resucitado.


Un abrazo